Formentera es un microcosmos, es un todo concentrado en pocos kilómetros cuadrados. Es, a la vez, síntesis y antítesis de la isla mayor que está al norte. Pero con una pureza y personalidad propias.

En estas páginas le proponemos una serie de sitios que visitar en Formentera. Todas nuestras recomendaciones son independientes y se basan en la experiencia propia.

Comenzamos partiendo del puerto de la Savina, en la rosa de los vientos, para dirigirnos hacia San Francisco Javier (Sant Francesc de Formentera). Allí tomamos la desviación hacia Cala Saona y seguimos camino hacia el Cabo de Berbería (Cap de Barbería). De camino, bordeamos unos restos megalíticos, señalizados a la izquierda.

El faro del cabo aparece majestuoso y desafiante ante nosotros, y ante el infinito horizonte marino que está más allá del abismo donde termina el mundo pitiüso. Nos detenemos para caminar hacia la torre de vigía que se encuentra un poco más hacia la izquierda (o hacia el norte, bordeando la costa).

De regreso nos desviamos hacia la izquierda para detenernos y darnos un baño en una de las calas más bonitas de Formentera, como es Cala Saona.

Después, nos dirigimos a San Francisco Javier (Sant Francesc de Formentera), donde nos detenemos para visitar la iglesia fortaleza de la capital de Formentera y para recorrer sus tiendas de ropa y artesanía.

Seguimos entonces camino hacia el este de la isla, camino de San Fernando (Sant Ferran de ses roques), que también cuenta con una de las características iglesias de Formentera.

Tomando rumbo hacia el Pilar de la Mola, visitamos las aguas transparentes que se pueden apreciar (y disfrutar) desde las rocas de Es Caló. Desde el puerto de Es Caló salían, camino de Ibiza y del Mediterráneo valenciano, los primeros licores Marí Mayans, típicos de las islas Pitiüsas pero que nacieron en Formentera, fabricados hace más de 125 años.

En las proximidades de Es Caló, en dirección sur, se encuentran los restos en los que se adivina lo que fuera una fortificación romana de la antigua Frumentaria (Formentera proviene de este vocablo latino, que indicaba que esta isla se dedicaba en tiempos de los romanos a la producción de trigo).

Retomamos camino hacia el pronunciado hito geográfico de la Mola, que es visible desde casi toda la isla de Formentera (y también desde la costa este y sur de Ibiza).

Subiendo la carretera nos detenemos a la derecha en el restaurante el Mirador para disfrutar de la mejor vista de Formentera, donde se puede ver desde una perspectiva única la playa del Mitjorm, Es Caló, el cabo de Berbería a la izquierda e illetas y Espalmador a la derecha. Ibiza nos vigila a distancia, más allá de los Freos.

Continuamos nuestra marcha, camino arriba, bordeando el comienzo de la antigua via romana que unía la Mola con el resto de la isla.

Llegamos a la meseta superior de la Mola. Pasado un pinar, nos encontramos con El Pilar de la Mola. Allí se encuentra la iglesia que, posiblemente, es el centro espiritual de la isla: la iglesia de la Mola, que es diferente de las otras iglesias de Formentera tanto desde el punto de vista arquitectónico como en el color blanco inmaculado de la pintura que la recubre.

En el Pilar de la Mola hay un mercado de artesanía los domingos y los jueves, que vale la pena visitar.

Después de visitar la Mola, seguimos hacia su faro y nos detenemos para contemplar las vistas del acantilado de su acantilado. Al lado del faro, una pequeña placa, colocada por la comunidad francesa en Formentera, nos recuerda que Julio Verne se inspiró en ese faro cuando escribió "la isla del fin del Mundo".

Por cierto, que el faro está en un meridiano que, además de pasar por la isla de Santa Eulalia (isla de Ibiza) y por Encamp (Principado de Andorra), pasa muy cerca de París.

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